El perfil de la reactivación económica ha afectado severamente a sectores intensivos en empleo, distribuyendo impactos negativos a lo largo y ancho del país.
La marcada heterogeneidad sectorial del modelo de crecimiento actual y la significativa desaceleración de la actividad económica en marzo han golpeado con mayor fuerza a ciertas regiones nacionales, especialmente aquellas con estructuras productivas específicas. Provincias del norte, sur y Cuyo se encuentran entre las más afectadas por las políticas que seleccionan ganadores y perdedores bajo el Gobierno de Javier Milei.
Tras diez meses de rápida reactivación, la economía sufrió un revés en marzo con una caída mensual del 1.8%. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC también reportó un descenso del 0.4% respecto a marzo de 2023.
En comparación con hace dos años, los sectores más afectados han sido la construcción (-19.1%), la industria manufacturera (-16.8%), el comercio (-7.3%) y restaurantes y hoteles (-5.3%). Solo el comercio mostró un rebote significativo en los últimos meses.
Por otro lado, el sector agropecuario y la energía y minería han tenido un desempeño destacado desde la llegada de los libertarios a Casa Rosada. Esta dualidad económica, que premia a sectores con baja intensidad en empleo, explica el aumento de la actividad económica junto con la pérdida de puestos de trabajo.
Las provincias más afectadas por esta heterogeneidad sectorial han sufrido una significativa destrucción de empleos desde agosto de 2023. Entre ellas se destacan distritos cercanos a la Cordillera de los Andes (San Juan, La Rioja y Catamarca), el Noreste (Santiago del Estero, Chaco y Formosa) y la Patagonia (Santa Cruz y Tierra del Fuego).
En estas provincias, la construcción ha sido el sector más golpeado debido a la paralización de la obra pública a nivel nacional. Este impacto es especialmente relevante dado que cinco de estas ocho provincias tienen una gran dependencia de la construcción en su Producto Bruto Interno (PBI).
En el caso específico de La Rioja, la industria textil ha sido uno de los sectores más afectados, con una disminución del 14% en la producción textil desde el año anterior. En Santiago del Estero y Chaco, el comercio y la fabricación de materiales para la construcción han sido cruciales en la pérdida de empleos.
Tierra del Fuego, por su parte, ha visto un declive en su industria electrónica, con una caída del 24% en dos años y amenazada por la reducción de aranceles. Este sector es vital para la economía de la provincia, representando dos tercios del empleo industrial.
Los efectos negativos de estas dinámicas económicas se han extendido a través del país, afectando tanto a provincias con bajo PBI per cápita (como las del norte y Cuyo) como a aquellas con ingresos más altos por habitante (como Santa Cruz y Tierra del Fuego).
