Mientras las temperaturas se desploman en toda la provincia, el Ministerio de Educación de Córdoba decidió «no computar inasistencias» para los estudiantes del turno mañana este lunes. Una medida que, lejos de resolver el problema de fondo, revela la cruda realidad: las escuelas no están en condiciones para enfrentar el frío.
Desde jardines de infantes hasta secundarias, los relatos se multiplican: salones helados, estufas rotas, ventanas sin vidrios, chicos con guantes en clase, docentes que enseñan abrigados hasta el cuello. Una postal indignante de un sistema educativo que abandona a su comunidad cuando más la necesita.
La decisión oficial de dejar en manos de las familias la asistencia escolar «por las bajas temperaturas» no es más que un maquillaje político. La verdadera noticia está en lo que no se dice: no hay infraestructura adecuada, ni mantenimiento edilicio, ni previsión ante el invierno. Y esto, año tras año, se repite como una película de terror.
