La autovía está al 95%, pero el gobierno libertario decidió frenar justo antes de la línea de llegada. ¿La razón? Vialidad Nacional ya no existe, fue disuelta con la promesa de “achicar el Estado”… y junto con ella, desaparecieron los que firmaban los cheques y daban las órdenes. Así, la obra más importante de conectividad de la región quedó en pausa, no por falta de maquinaria, sino por exceso de motosierra.
El último tramo —nada más y nada menos que un puente clave sobre las rutas 8 y A005— es lo único que impide cerrar el anillo vial. Pero mientras el discurso oficial repite que “el mercado lo va a resolver”, los autos siguen cruzándose de frente y los vecinos, esperando el milagro. Porque claro, en la Argentina libertaria, un puente puede ser visto como gasto innecesario… aunque salve vidas.
Con más de 8.700 millones de pesos ya invertidos y una Circunvalación presupuestada en 380 millones de dólares, hoy todo está “a la espera de nuevas directivas”. Traducción: nadie se hace cargo, pero la culpa será del Estado… que ellos mismos desmantelaron.
