En pleno corazón de la ciudad, la casta radical dio una clase magistral de cómo intentar evadir las normas con descaro. El hecho ocurrió en Sobremonte al 700, donde un procedimiento de control de tránsito dejó expuesto el accionar de la exconcejal radical Mariana Giorgetti, quien, al volante de un Renault Clio, circulaba usando el teléfono celular.
Cuando se le solicitó la documentación correspondiente para transitar, la dirigente opositora no sólo carecía de los papeles habilitantes, sino que además se negó rotundamente a descender del vehículo. Como si fuera poco, amenazó al personal policial asegurando que “serían sancionados” por el fiscal, a quien llamó en ese mismo momento para intentar torcer el procedimiento.
La escena alcanzó tintes de tragicomedia política cuando, por orden de Giorgetti, llegó su madre al lugar y, sin dudarlo, tomó el volante para intentar fugarse con el auto, burlando así el accionar de las autoridades. Un episodio que deja en evidencia el doble discurso de quienes desde la oposición exigen “respeto por la ley” y piden por mas seguridad vial pero, cuando les toca, se aferran a sus privilegios para esquivar responsabilidades.
