En un contexto de crisis nacional y con la pulseada judicial aún abierta contra el Gobierno central, el gobernador Martín Llaryora anunció un aumento del 84% en las jubilaciones mínimas, que ahora alcanzarán los $700.000, junto con un bono trimestral de $100.000 para quienes perciban haberes de hasta $1.300.000. Esta decisión no solo mejora de manera concreta el ingreso de miles de jubilados, sino que también marca una clara postura de la Provincia en defensa de sus ciudadanos, utilizando los fondos que Nación debió girar por orden de la Corte Suprema.
Llaryora enfatizó que el dinero recibido será destinado directamente a quienes más lo necesitan, en un gesto que contrasta con la política de ajuste del Gobierno nacional. “Cumplimos con nuestra palabra: cada peso que llegue de la deuda será para mejorar la vida de los cordobeses”, afirmó el mandatario, quien además agradeció el apoyo de legisladores e instituciones provinciales en este reclamo que lleva años sin resolverse completamente.
Mientras los jubilados nacionales siguen esperando aumentos dignos y ven cómo se les recortan derechos, Córdoba demuestra que con gestión y decisión política se pueden defender los intereses de los ciudadanos. Un contraste que deja en evidencia que, cuando hay voluntad, no hacen falta motosierra ni discursos vacíos: hacen falta resultados.
