Mientras millones de argentinos hacen malabares para llegar a fin de mes, un grupito de “trabajadores del conocimiento” —financiados con tu plata, claro— está siendo investigado por armar su propio show de ciencia ficción con los laboratorios de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
El fiscal federal Rodolfo Cabanillas pidió el procesamiento con prisión preventiva de cinco integrantes de esta tragicomedia estatal, acusados nada menos que de peculado, administración infiel y defraudación. O sea: choreo, mal manejo de recursos y estafa. Todo muy prolijo, como nos tiene acostumbrados la burocracia ilustrada.
¿Los nombres? Tomá nota para tu lista de honor al mérito castoso: Lucas Gallarato, Oscar Masciarelli, Judith Reynaga, Analía Llanes y Julia Iparraguirre. Todos empleados de la UNRC y del Conicet. Sí, del Conicet… ese bastión de “la ciencia” donde el mérito es opcional, pero el financiamiento está garantizado.
Y como si fuera una sátira escrita por Orwell después de tomar fernet, la UNRC quiso meterse como querellante, como si no supiera nada de lo que pasaba en sus propias narices. La Justicia le dijo que era “prematuro”. Traducción: quedate quietita, que esto recién empieza.
